lunes, 17 de marzo de 2014

INSTRUCCIONES PARA SER CARMEN ROS

Lo primero que debes hacer para ser una buena yo es nacer en la familia equivocada, como  si la cigüeña hubiese ido algo borracha ese día y te hubiese dejado caer donde no te correspondía, que probablemente era una casa llena de espíritus libres y artistas, así, cada vez que se te ocurra algo que hacer con tu vida obtendrás sistemáticamente estas dos respuestas, alternativa o consecutivamente: “Tú no estás bien” o “¿Y eso para qué, para acabar en el paro?”.


Cuando de tanto repetirte las mismas frases llegues a creértelas, es el momento de tomar decisiones equivocadas, así: tas, tas, tas, tas, una detrás de otra, y arruines tu vida completamente. Pero claro, esto no es fácil, necesitas un nivel de profesionalización en fracasos y mediocridad que sólo se puede adquirir a lo largo de años de práctica.
Primero gana un concurso de literatura con 13 años, pero no vayas a recoger el premio, porque tu padre no te quiere acompañar a ningún sitio desde que le dijeron que si eras su nieta, y tu madre está demasiado ocupada criando niños ajenos para poder preocuparse de ti, que ya eres mayor y “total que te van a dar, un diploma y libros” “Si al menos fuera dinero…”
Y aunque intentes escapar de esta vida mediocre que ha sido planeada por otros para que la vivas tú, que sepas que no vas a poder, aunque a los 14 años consigas una beca para ingresar en un colegio lo más lejos posible de tu familia, con internado y todo, para no tener que oír sus cantinelas. O cuando tu hermana, “por tu bien”, como siempre, te diga: “Pero para qué te vas, tú no estás bien, ¿No puedes ir al instituto de aquí? ¿No has oído la frase más vale ser cabeza de ratón que cola de león?” Porque está claro que yo, cabeza de león, de qué, si en mi familia nadie pudo, yo tampoco, claro…
Y aunque te cases a los 22 años, como única opción de marcharte de casa para poder hacer tu vida, no escaparás, porque te seguirán controlando. Ya se ocuparán ellos de dejarlo todo “atado y bien atado”. No te sorprendas si te vas a vivir a otro sitio y tus padres te siguen y compran la casa de al lado, “porque aquí hace más sol y nos estamos haciendo viejos”. No intentes pedir a tus padres una explicación del porqué se cambian  de casa después de casi 30 años de vivir en el mismo sitio, porque obtendrás malas caras, reproches y frases del tipo “con todo lo que hemos hecho por ti, parece que te molestemos”. Verás llorar a tu madre (escena que se repetirá cada vez que hagas algo que ella no quiera y no haya aprobado previamente) y además te vas a sentir superculpable por el hecho de querer perderlos de vista un ratito.
Termina la universidad, estudia algo que sirva “para acabar en el paro” (como no) y pese a tus ganas de viajar, conocer mundo y seguir aprendiendo, haz caso a las voces que te dicen que “Tú no estás bien, ahora eres una mujer casada: ¿Dónde vas a ir tú sola?” y quédate donde siempre. Consigue un trabajo mal pagado, que no te gusta, eso sí, cerca de casa.


Después cásate tres veces, con tres personas distintas, y encuentra un compañero que te entienda cuando roces los 40. Ten dos hijos con los que aprenderás qué es querer a alguien porque si, y rodéate de amigas, porque ellas te salvarán muchas veces de ti misma.
Ten una depresión clínica que te lleve a conocerte a ti misma, supérala con ayuda de una gran terapeuta y empieza a escribir.
Escribe como si se acabara el mundo, sigue los consejos de tu psicóloga y escribe todos los días, escribe y sácalo todo afuera, escribe porque es la mejor terapia y escribe porque es lo deberías haber hecho toda tu vida, agárrate a la escritura, tira del hilo y empieza a ser tú.
Y aunque te dará mucho miedo, descubrirás que no necesitas la aprobación de nadie para esto. Y además de escribir, harás teatro y cantarás y te darás cuenta de que a los demás les da igual lo que hagas o lo que dejes de hacer, y aunque tu madre siga llorando y diciendo cosas como “tú no estás bien” ya no te importará, porque por fin estás haciendo aquello para lo que naciste, para lo que nacemos todos, ser feliz.

Si te gusta el texto, que sepas que la idea es copiada de un libro de cuentos de Loorie Moore llamado irónicamente: Autoayuda,  en concreto del cuento titulado: "Instrucciones sobre cómo ser escritora", cuya lectura recomiendo mucho muchísimo.


No hay comentarios:

Publicar un comentario