sábado, 18 de enero de 2014

TODO ESTÁ POR HACER Y TODO ES POSIBLE

TODO ESTÁ POR HACER Y TODO ES POSIBLE. (MARCELA LAGARDE)

Y es verdad. Hoy es el primer día del resto de mi vida. Esta frase tan manida, es al mismo tiempo, “el puro evangelio” que diría mi madre.

Tengo 46 años, de los que habré desperdiciado entre unas cosas y otras ( más otras que unas) alrededor del 90% del tiempo, descontando el tiempo que he estado dormida ¿o durmiendo?(Nota mental: volver a escuchar Camino de la Cama de Siniestro Total para aclarar concepto)

Si tuviese que hacer un recopilatorio de mis grandes éxitos en un doble CD, con un disco tendría más que suficiente. A ver recapitulemos: el nacimiento de mi hijo mayor, el de mi hijo menor, el día que vi publicado mi primer cuento y... y... y...
Ostia puta, no siento como éxito nada más en mi vida y eso que he hecho cosas, a mogollón (esto ya no se dice, ¿no?): dos licenciaturas universitarias( y progresando adecuadamente hacía un grado, o sea, la versión “new age” de las carreras de antes), varios másteres y cursos mil; me he casado tres veces y he conseguido sobrevivir a las tres, según mi vida laboral he tenido desde los 22 años(hasta ahora) cincuenta y cinco contratos de trabajo en veintitres empresas distintas (el SEPE, más conocido como “El Paro”, aunque es la empresa más grande de España, no cuenta ¿Eh?)

Por otro lado mi cuerpo me ha regalado una enfermedad crónica incapacitante y desde el 2010 una depresión atípica para tener de todo un poco. He de decir, que después de tres años de terapia (gracias, gracias, Pepa) y sin medicación (Olé yo) he superado la depre y, como dice Pepa, mi terapeuta, “Ahora que hemos arreglado lo de dentro, vamos a por el envoltorio”.

Pa' que os hagáis una idea de la situación de daños: 18 años - 60 kilos, 46 años - 120 kilos. Si sacamos una proporción años / kilos he ido ganando peso a razón de 2,150 kilos / año. “Total, dos kilitos de ná' ¿Qué es eso?” Pues ya veis lo que es, no hay nada más que agregar (que ya hemos agregado bastante, ya)

Esta es Kirstie Alley, pero podría ser yo, bueno, yo no porque no tengo ningún vestido naranja...

No uso cremas hidratantes,ni nutrientes, ni protectoras, ni exfoliantes, ni rejuvecedoras, ni antiojeras,ni de noche, ni de día, ni serums, ni agua termal, ni ecólogicas, ni las que no son testadas en animales, ni naturales... ¡ay, casi me ahogo! En resumen, que no me pongo ná', mi rutina de belleza matinal consiste en una ducha y lavarme los dientes, por la noche, como casi siempre me duermo en el sillón, a veces, ni los dientes (es una cochinada, ya lo sé).

No me depilo las piernas desde que se terminó el verano, de hecho mi compañero suele vestirse de safari, con machete y todo, cuando vamos a follar, para ambientarse y tal...(ehhh ¡Es una licencia literaria!, ¿o no?)

Quiero dejarme el pelo largo para hacerme una trenza. ¿Por qué? Yo qué se, porque si. Y ahora, después de más de un año de no ir a la peluquería, tengo un pelo indefinible, castaño, con canas y que no tiene forma ninguna, pero claro, en el conjunto de mi yo, pues tampoco está tan mal.

Mi ropa es un tema aparte. Podemos elegir, como diría Lina Morgan entre el negro, el negro y además tengo el negro... O sea, que todo mal, muy mal, Carmen, que diría mi señorita de parvulitos, Doña Aurelia, muy buena ella, que le decía a mi madre, “es que como es zurda, la pobre, y molesta a todo el mundo, pues se sienta solita” Qué recuerdos... En fin.




Así que, este es el punto de partida, que está bien en si mismo, porque como me dijo un amigo una vez: “Yo soy optimista, porque ya no puedo caer más de lo que ya he caído, ni estar más abajo de lo que ya estoy”

Si eso ya os iré contando las medidas que vamos tomando para la remodelación, que parece que no, pero si...





1 comentario: