TODO
ESTÁ POR HACER Y TODO ES POSIBLE. (MARCELA LAGARDE)
Y
es verdad. Hoy es el primer día del resto de mi vida. Esta frase tan
manida, es al mismo tiempo, “el puro evangelio” que diría mi
madre.
Tengo
46 años, de los que habré desperdiciado entre unas cosas y otras (
más otras que unas) alrededor del 90% del tiempo, descontando el
tiempo que he estado dormida ¿o durmiendo?(Nota
mental: volver a escuchar Camino
de la Cama de
Siniestro
Total
para aclarar concepto)
Si
tuviese que hacer un recopilatorio de mis grandes éxitos en un doble
CD, con un disco tendría más que suficiente. A ver recapitulemos:
el nacimiento de mi hijo mayor, el de mi hijo menor, el día que vi
publicado mi primer cuento y... y... y...
Ostia
puta, no siento como éxito nada más en mi vida y eso que he hecho
cosas, a mogollón (esto ya no se dice, ¿no?): dos licenciaturas
universitarias( y progresando adecuadamente hacía un grado, o sea,
la versión “new age” de las carreras de antes), varios másteres
y cursos mil; me he casado tres veces y he conseguido sobrevivir a
las tres, según mi vida laboral he tenido desde los 22 años(hasta
ahora) cincuenta y cinco contratos de trabajo en veintitres empresas
distintas (el SEPE, más conocido como “El Paro”, aunque es la
empresa más grande de España, no cuenta ¿Eh?)
Por
otro lado mi cuerpo me ha regalado una enfermedad crónica
incapacitante y desde el 2010 una depresión atípica para tener de
todo un poco. He de decir, que después de tres años de terapia
(gracias, gracias, Pepa) y sin medicación (Olé yo) he superado la
depre y, como dice Pepa, mi terapeuta,
“Ahora que hemos arreglado lo de dentro, vamos a por el
envoltorio”.
Pa'
que os hagáis una idea de la situación
de daños:
18 años - 60 kilos, 46 años - 120 kilos. Si sacamos una proporción
años / kilos he ido ganando peso a razón de 2,150 kilos / año.
“Total, dos kilitos de ná' ¿Qué es eso?” Pues ya veis lo que
es, no hay nada más que agregar (que ya hemos agregado bastante, ya)
Esta es Kirstie Alley, pero podría ser yo, bueno, yo no porque no tengo ningún vestido naranja...
No
uso cremas hidratantes,ni nutrientes, ni protectoras, ni exfoliantes,
ni rejuvecedoras, ni antiojeras,ni de noche, ni de día, ni serums,
ni agua termal, ni ecólogicas, ni las que no son testadas en
animales, ni naturales... ¡ay, casi me ahogo! En resumen, que no me
pongo ná', mi rutina de belleza matinal consiste en una ducha y
lavarme los dientes, por la noche, como casi siempre me duermo en el
sillón, a veces, ni los dientes (es una cochinada, ya lo sé).
No
me depilo las piernas desde que se terminó el verano, de hecho mi
compañero suele vestirse de safari, con machete y todo, cuando vamos
a follar, para ambientarse y tal...(ehhh ¡Es una licencia
literaria!, ¿o no?)
Quiero
dejarme el pelo largo para hacerme una trenza. ¿Por qué? Yo qué
se, porque si. Y ahora, después de más de un año de no ir a la
peluquería, tengo un pelo indefinible, castaño, con canas y que no
tiene forma ninguna, pero claro, en el conjunto de mi yo, pues
tampoco está tan mal.
Mi
ropa es un tema aparte. Podemos elegir, como diría Lina Morgan entre
el negro, el negro y además tengo el negro... O sea, que todo mal,
muy mal, Carmen, que diría mi señorita de parvulitos, Doña
Aurelia, muy buena ella, que le decía a mi madre, “es que como es
zurda, la pobre, y molesta a todo el mundo, pues se sienta solita”
Qué recuerdos... En fin.
Así
que, este es el punto de partida, que está bien en si mismo, porque
como me dijo un amigo una vez:
“Yo soy optimista, porque ya no puedo caer más de lo que ya he
caído, ni estar más abajo de lo que ya estoy”
Si
eso ya os iré contando las medidas que vamos tomando para la
remodelación, que parece que no, pero si...


Animo, a ver qué pasa!
ResponderEliminar